Pixar vuelve a sorprender con un film emotivo y conmovedor, con personajes entrañables y una historia que desborda fantasía.
SINOPSIS: Carl Fredricksen, un anciano vendedor de globos, logra concretar su viejo sueño al atar miles de globos a su casa y volar así, hacia Sudamérica. Sin embargo, un niño boy-scout llamado Russel, se sumará accidentalmente al sorprendente viaje.
PARA GRANDES Y CHICOS
Pixar logra en todas sus películas esa amalgama perfecta entre inocencia infantil y drama adulto. Los personajes y los gags divertidos siempre están presentes para deleitar al público más chico. Pero eso sólo es la superficie. Por debajo, las historias suelen tener una carga emotiva muy profunda, plagada de guiños y detalles que sólo los más grandes sabrán captar (cuando Carl es demandado y pasa por la corte, por ejemplo).
Una de las primeras escenas, la que cuenta la vida de Carl junto a su esposa, es sencillamente una obra maestra. Sin ningún diálogo, con una canción de fondo que acompaña de principio a fin, vemos el pasar de los años, las vivencias del matrimonio. Una sola toma, un solo gesto, llegan a resumir todo lo que el espectador necesita saber. Lograr esa secuencia -capaz de robarte una lágrima- con semejante nivel de síntesis, merece el mayor de mis respetos y admiración.
EXPERIENCIA 3-D
Mención aparte merece el espectáculo que es ver la película en una sala 3-D. Es una experiencia que suma muchísimo a la percepción final del film. Los escenarios y ciertas secuencias sobresalen por su tratamiento, es realmente impactante. Parecería parte de un proceso natural ver una película de animación con este modo de proyección. Tarde o temprano, supongo que todas las películas animadas contaran con esta posibilidad.
CAMINO AL OSCAR
El film guarda varias sorpresas más hasta el final. Pete Docter y Bob Peterson son los responsables (escritores y directores) de este excelente producto artístico. En sus currículums figuran intervenciones varias luminarias de Pixar como Monsters Inc. o Toy Story.
Como impresión final, me quedo con la infinita imaginación que despliega Up en todo momento. Desde el punto de partida, de una casa que flota con globos hasta el escuadrón de perros que "hablan". Cada detalle de su historia y de sus personajes es una muestra del ingenio y el talento de Pixar y su gente. No por nada se habla de Up como posible candidata a una nominación de "Mejor Película" en los Oscar de este año.
¿Abusan del "cuento con moraleja"? tal vez. ¿Son maestros en el arte de emocionar al público con "golpes bajos"? puede ser. Pero la demagogia del film es inherente al cine y el tono aleccionador también lo es a cualquier fábula de Disney.
Así que olvídense de cualquier prejuicio y disfruten de esta joyita. Y cuando haya terminado, después de secarse las lágrimas de los ojos, que vengan los aplausos!
