21 ene 2009

Death Race (2008)


Basada en el film de serie B,  Death Race 2000 (1975) con Silvester Stallone y David Carradine. Esta nueva versión cuenta con el protagónico de Jason Statham (¡¿cómo hace para filmar tantas películas por año?!) y la historia que cuenta es diferente. La original - que tiene muy mala crítica-, trataba sobre violentas carreras donde atropellar peatones daba puntos. Aparentemente habría sido inspiración para el videojuego Carmaggedon.

Volviendo a esta remake: esta vez la historia nos muestra un futuro cercano, donde las prisiones ofrecen entretenimiento televisivo usando sus prisioneros. Primero con peleas, y ahora "carreras de la muerte". En este marco, el corredor Jensen Ames (nuestro amigo Statham) es incriminado por el asesinato de su esposa y, una vez en la carcel, forzado a participar de las carreras.

Aparte de repetir fórmulas y clichés, el film es deliberadamente superficial, machista, vacío. Todos podemos disfrutar cada tanto de un film liviano, sin más pretensiones que entretenerte y pasar el rato. Pero la maquinaria de Hollywood toma al público por tonto con este tipo de productos. Llevando todo a un exceso sin sentido, con un argumento pobre, sin desarrollo de los personajes y una estética de videoclip vertiginosa que intenta disimular todos sus defectos. Viendo la filmografía del director Paul W.S. Anderson (Alien vs Predator, Resident Evil), esto no debería ser sorpresa. 
Los personajes son todos estereotipos que ya alguna vez vimos, los "guiños" del guión no son nada sútiles porque, en realidad, son parodias explícitas para el espectador que pueda apreciarlas (cada vez que entran en escena las chicas, la cámara se pone en slow motion y de fondo suena un tema hip hop cachondo; o los copilotos del corredor "Machine Gun" Joe que siempre mueren violentamente... todos, etc etc).
Es entendible que la película no se tome en serio a sí misma, pero hay productos similares con mejores resultados. Shoot ´em up (2007) exageraba estos elementos más inteligentemente. Death Race juega en ese límite ambivalente donde no termina de cerrar su propia ficción.

En resumen: si cayera en un lugar común, diría que "si te gustan los films de acción, la vas a pasar bien". Pero lo cierto es que se puede elaborar un producto más honesto, más inteligente,  sin esperar la condescendencia del espectador mediocre. John Rambo nos ofreció el año pasado un excelente film de acción extremadamente violento pero muy bien resuelto. Taken es otro ejemplo (y puedo seguir ennumerando). Y si hablamos de "películas de autos", la saga Mad Max, aún con décadas de distancia, sigue siendo mucho mejor que esta pobre y chata remake.

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