Los primeros 10 minutos de Magnolia son simplemente geniales. Con ritmo vertiginoso y una edición increíble, vemos una introducción con 3 pequeñas e interesantes historias. Luego se larga la película en un formato que recuerda a Crash (2005) o Babel (2006), con varias tramas y subtramas que, ya sabemos, se terminan conectando.
Cuenta con un elenco de varios famosos; se destacan Julianne Moore, Philip Seymour Hoffman y un excelente e inusual Tom Cruise -cuya actuación le valió un Globo de oro-.
Sus personajes son histéricos, neuróticos, traumados, inseguros. Son reales, será por eso que es fácil identificarse con cualquier de ellos. Están solos, perdidos y buscan darle sentido a su vida.
La película peca de ambiciosa, pretenciosa, busca deliberadamente ser profunda, ecléctica. Y lo que más bronca me da es que su director Paul Thomas Anderson (que además fue el productor y guionista) lo logra. Es, tal vez, demasiado larga y se podrían haber eliminado algunas escenas y acortado el metraje de 3 horas de duración. A pesar de esto, el ritmo no decae en ningún momento.
En Magnolia vemos varios temas universales: el amor, la soledad, la muerte, el arrepentimiento y el perdón. Y, sobre el final, una escena trascendental con lluvia de ranas!
Una película personal, introspectiva, extraña pero hermosa. Recibió 3 nominaciones al oscar. Muy recomendable.
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