28 mar 2016

Batman v Superman: Dawn of Justice (2016)



Un hito histórico del cine fantástico: los superhéroes más famosos del mundo se baten a duelo, en un film tan taquillero como polémico. 

Sinopsis: Ante el temor de las acciones que pueda llevar a cabo Superman, el vigilante de Gotham City aparece para poner a raya al superhéroe de Metrópolis, mientras que la opinión pública debate cuál es realmente el héroe que necesitan. El hombre de acero y Batman se sumergen en una contienda territorial, pero las cosas se complican cuando una nueva y peligrosa amenaza surge rápidamente, poniendo en jaque la existencia de la humanidad.

SOBRE EL GÉNERO
Hace algunos meses declaré que Avengers: Age of Ultron (2015) era el pináculo del género de superhéroes. Ahora, hablar de "género" implica hablar también de los parámetros o delineamientos que lo conforman. Ya han pasado 38 años desde aquel clásico indiscutido que es el Superman de Richard Donner. Mientras que las Batman de Christopher Nolan parecían querer escaparle a las convenciones clásicas, Marvel Studios abrazaba de lleno al género para acercar aún más el cómic al cine. Marvel llevó a cabo además, algo nunca visto en la industria, un universo compartido que ya lleva una docena de películas y varias series de televisión. Con Iron man (2008) sentaron las bases, la ciencia ficción y la comedia de acción fueron parte fundamental de la fórmula. En paralelo, Nolan había integrado exitosamente el drama y el policial negro al género superheroico
En este 2016, hemos llegado a un momento de replanteamiento ¿Qué elementos conforman (y definen) a este género? Age of Ultrón es, en ese sentido, una especie de "cresta de la ola", tras de la cual siguió el inevitable descenso: la desangelada Ant-man (2015), una comedia vacía con personajes sosos que repetía la fórmula hasta el hartazgo (y que cierra de alguna manera -un tanto triste- un capítulo en la filmografía marveliana). La película quedó atrapada en la trampa que la misma Marvel creó, la ida del director Edgar Wright por "diferencias creativas" no es un hecho menor. Todo esto nos hace reflexionar sobre la voz autoral por encima de los productos corporativos, el verdadero valor de los superhéroes como mitos modernos o si el hecho de tener una continuidad que agrupe a todos estos personajes, por más disimiles que sean, tiene algún sentido además de engatusar al espectador (es un elemento intrínseco en los cómics, pero tiene de fondo la idea más pueril del mundo: poder ver a todos esos héroes juntos).

UNIVERSO SNYDER
¿El cine no debería ser subversivo? ¿o al menos invitar a cierta reflexión sobre la realidad que nos rodea? Pensemos en lo funcional que ha sido Whedon o incluso Nolan (cuya versión de Batman estaba libre de las presiones de un universo compartido). En este contexto Zack Snyder surge como una voz incipiente asociada directamente con los comics con sus adaptaciones de 300 (2006) y Watchmen (2009). Mientras que Nolan sobresalía en el ritmo, la narrativa y el guión, Snyder descollaba en lo visual (y vale mencionarlo, con un gran respeto por las obras originales).
En Man of Steel (2013) sentó las bases del nuevo universo DC -como Iron Man había sentado las bases para Marvel-. El tono oscuro, violento, solemne, pero también el cuestionamiento al género y un replanteamiento que todavía trae polémica. La película parecía darle al público todo lo que pedía: ver un Superman en su máximo potencial. Mientras la infravalorada Superman Returns (2006) de Bryan Singer homenajeaba a los clásicos y perpetuaba viejos clichés, Man of Steel proponía algo nuevo pero también mataba de entrada todo lo que conformaba a Superman como el ícono popular que todos -incluídas madres y abuelas- conocemos (EL superhéroe por excelencia, el que dio nacimiento al género en los cómics y, en consecuencia, a todos los demás superhéroes).
Man of Steel ahondaba los caminos de Nolan: naturalismo en la puesta en escena, el drama interno del protagonista, montaje no-lineal, etc. Y le agregaba al cóctel fantasía, ciencia ficción y escenas de acción épicas y grandilocuentes. Así mismo, en Batman v Superman, Zack Snyder tuvo libertad absoluta para profundizar todo lo que ya había planteado en aquel film: las implicancias religiosas (la alegoría manifiesta con Jesus), filosóficas y políticas de tener un alienígena superpoderoso entre nosotros.


BATMAN VS SUPERMAN
Vamos al grano, el film empieza muy bien (y aviso que no me contengo con los SPOILERS!). La presentación recuenta el origen de Batman -que todos ya conocemos- y lo resuelve con mucha elegancia, en un estilo al que Snyder ya nos tiene acostumbrados (ver Watchmen o Sucker Punch): un cuasi-videoclip con un ritmo hipnótico y una estética poderosísima, en el que abundan los planos detalle y la cámara lenta.
La secuencia que abre la película es atrapante y vertiginosa; presentación de Bruce Wayne, humano, impotente, ve como Superman y Zod (dioses de los cielos) destruyen todo a su paso. Usando un punto de vista que recuerda obras como Marvels o Astro City de Kurt Busiek. Ya en estos primeros minutos la peli se hace cargo de un tema muy jodido: el daño colateral. En Age of Ultron, por ejemplo, no se muestran nunca las consecuencias de aquella destrucción como lo hacen acá. BvS se hace cargo al toque y de una manera descarnada nos muestra a una de sus víctimas en primer plano, el personaje de Scoot McNairy, que ha perdido, no sólo a su familia, sino también sus dos piernas.

En adelante, el ritmo de la peli entra en zonas pantanosas, se vuelve tediosa y aburrida. Resultado tal vez de un montaje ineficiente, mezclado con escenas largas, densas y mal filmadas. Snyder decide mostrarnos todo con un estilo de "cámara en mano" por momentos desprolijo, con mucho corte y muchos primeros planos -y planos detalle que no aportan nada-, aún en las secuencias más triviales. La narración se vuelve confusa y no da respiro nunca (deja las cámaras fijas para momentos más contemplativos, cuando Bruce va a la mansión en ruinas o Clark a la montaña a visitar a su padre).
Ni siquiera desde la música hay un respiro, un Hans Zimmer que se luce únicamente en las secuencias de Batman (que en realidad son una variante de la música que ya escuchamos en las películas de Nolan) y que por lo demás, aporta texturas sin mucho carácter y que mantienen ese tono opresivo y deprimente del film durante 2 horas y 31 minutos... ¡sin respiro!

La culpa seguramente sea del director. Hay que darle sí, el crédito por intentar hacer algo nuevo y diferente. Pero se perdió todas las oportunidades de hacer algo, sino divertido, al menos entretenido. Y la pifió en cosas muy básicas, por ejemplo ¡una buena presentación de personajes! La de Batman desde el punto de vista de los policías y la de Superman en el desierto africano... esas son las presentaciones de los protagonistas del film, breves, pobres, poco creativas, flojas. A Batman lo volvemos a ver recién en ese sueño/visión de una realidad alternativa -una de las secuencias mejores logradas (la idea del multiverse llevado al cine es muy atractiva)- y luego cuando intenta robar la Kryptonita, en una persecución de autos muy confusa (Snyder debería pedirle consejos a los hermanos Russo que en Winter Soldier fueron soberbios).


LA BROMA ASESINA... DE LUTHOR
Las actuaciones no lucen. Los personajes tienen motivaciones poco definidas, ambivalentes o simplemente mal fundamentadas. El enfrentamiento entre Batman y Superman se da muy forzado. Y termina abruptamente, en una situación aún menos verosímil (la solemnidad por momentos no se sostiene, se cae, y parece más una deficiencia de los realizadores que una decisión creativa).
Veamos...
- LUTHOR: Supuestamente todo es un plan maquiavélico de un Lex Luthor sacadito (que no tiene nada del Luthor de los cómics), rara mezcla de Mark Zuckerberg y el Joker. No sabemos por qué odia a Superman, o cómo sabe la identidad secreta de los dos héroes. Y la forma en que los manipula es muy burda. Su plan recuerda al del Joker en The Killing Joke... todo muy raro.
La actuación de Jesse Eisenberg da vergüenza ajena. No termina de componer del todo a su personaje, está muy sobreactuado y fuera de tono. Y después de todo ¿cúal es su historia?! 
- SUPERMAN: desangelado, contemplativo, inseguro. Henry Cavill tiene poco diálogo, su Superman es poco expresivo, se queda quieto como una estatua la mayor parte del tiempo y tampoco es muy inteligente, simplemente reacciona ante lo que le ponen delante. Y durante todo el film no toma ninguna decisión de peso, salvo en ese último acto de sacrificio contra Doomsday. Ah y es terriblemente pollerudo (la química entre él y Lois / Amy Adams es nula).
- BATMAN: Ben Affleck no es el mejor actor, sin embargo cumple muy bien con su papel. Este Batman maduro se ve muy bien en pantalla, las escenas de acción que protagoniza son lo mejor del film. Y todo su mundo está muy bien resuelto: la batcave, el batmobile, el traje, los gadgets, hasta Alfred (un enorme Jeremy Irons). La relación entre estos dos es magistral, como espectador entendés mucho cuando Bruce le acerca una taza de café a Alfred (eso es resolver con creatividad y sutileza las cosas!) mientras este le resuelve cómo infiltrarse en la mansión de Lex.
- WONDER WOMAN: no se puede decir mucho de este personaje, Gal Gadot tampoco es una actriz que aporte histrionismo y su participación sólo tiene sentido sabiendo que se viene la película de la Liga (ni siquiera voy a analizar la manera en que presentan los cameos de los demás personajes, Flash, Cyborg y Aquaman... es una vergüenza).
- DOOMSDAY: posiblemente el peor diseño de un personaje en la historia del cine fantástico. No sólo eso, el CGI por momentos parecía no estar del todo terminado y la pelea final no está ni cerca del nivel que vimos en MoS.

Los demás actores (Diane Lane, Laurence Fishburne, Holly Hunter) simplemente están desaprovechados. Y el cameo de Kevin Costner está bien pero tampoco se sostiene esa escena dentro del bodrio que es la película.


CONCLUSIÓN
La paradoja es evidente. En los cómics, el género de superhéroes nace con Superman. Mientras en el cine, el personaje no encuentra su público y su última película intenta reconfigurar las bases mismas del género con un intento claramente fallido. 
Todos los elementos claves que conforman la mitología del superhéroe están ausentes o modificados o (en el peor de los casos) corrompidos. El "Superman emo" de MoS no evolucionó, se estancó. Ante la explosión del Capitolio no busca al culpable, vuela hasta donde está Lois hace puchero y desaparece, como un cobarde. El máximo héroe es, en su propia película, un boludo. Humillado por un Luthor que da lástima y vapuleado por un Batman-más-facho-que-nunca. 
Repasemos algunos elementos clásicos del género: el alter-ego y la identidad secreta. En la peli ya todos saben quién es el otro, es así, no nos detengamos a explicar eso. ¿Y cómo resuelve Snyder la doble faceta de Superman / Clark Kent? simplemente la ignora, Superman y Clark hablan igual y se ven igual. Usted espectador haga la concesión correspondiente!
Qué más... ah si, los héroes no matan. Pero Batman le da con munición gruesa a los criminales y no duda un segundo en bajar un par en el camino.

¿Estamos ante un cambio de paradigma? Mientras Marvel amenaza con repetirse hasta el hartazgo sin arriesgar nada, exprimiendo todo lo que se pueda a la gallina de oro, aparecen estas dos películas. Por un lado Deadpool (2016), la parodia del superhéroe, el chiste sin contenido, la transgresión, el exceso y la violencia gore más cabeza. Por el otro, esta lacónica Batman v Superman, solemne, seria, también violenta pero "realista". Para Zack Snyder esta es la continuación del tópico de Watchmen, que no es otra cosa que la "deconstrucción" del héroe según Alan Moore (¿qué pasaría si los superhéroes existieran realmente?). De hecho BvS toma muchos elementos de un cómic (un "elseworld") que no por nada está fuera de la continuidad de DC: The Dark Knight Returns de Frank Miller, que formó parte -precisamente junto a Watchmen- de ese revisionismo de la figura del superhéroe en los 80´s.

El héroe clásico, noble, incorruptible, que es un ejemplo para la sociedad y que cuenta con todos los valores que dignifican al ser humano, es una figura idílica que ya no existe. Eso es para niños. Los superhéroes ya no son para niños y ya no forman parte de la aventura. Ahora son como nosotros, héroes quebrados, anti-héroes, oscuros, cínicos, neuróticos, psicóticos. ¿Finalmente tenemos los héroes que nos merecemos? Vamos al cine, tal vez esperando que se rediman, mientras comemos pochoclo, vemos el celular y pateamos el asiento del que está adelante nuestro.