4 ago 2016

Ghostbusters (2016)



Una comedia sosa, sin sorpresas, entretenida pero sin mérito alguno para ser recordada después de haberla visto. Como remake resulta decepcionante. 

Sinopsis: Manhattan, Nueva York. Después de casi treinta años sin saber de ellos, los fantasmas y demonios se han vuelto a escapar de los infiernos para destruir la ciudad. Esta vez, el equipo de los Cazafantasmas estará formado por un grupo de cuatro mujeres dispuestas a terminar con cualquier amenaza paranormal.

Ya hemos hablado de los clásicos refritos, una modalidad de la que Hollywood abusa en la actualidad. Los resultados suelen ser dispares, mayormente mediocres o decepcionantes. Esta nueva versión de Cazafantasmas se encuentra en esta categoría. Como reboot de una franquicia que es recordada con mucho cariño por mucha gente resulta fallida. La película sigue los lineamientos de la nueva comedia americana y poco tiene que ver con el film original de 1984. 
El guión y la dirección corren por cuenta de Paul Feig, responsable de aquel clon femenino de The Hangover llamado Bridesmaids (2011), y las olvidables The Heat (2013) y Spy (2015). Ahora, encargado de hacer este clon femenino del clásico ochentoso, es acompañado nuevamente de sus socias habituales, Melissa McCarthy y Kristen Wiig. Las comediantes están muy bien en los roles principales, básicamente repiten sus papeles de películas anteriores (aunque McCarthy un poco más delicada en esta ocasión). Completan el elenco protagónico Leslie Jones y -la que para mí fue una sorpresa- Kate McKinnon, comediante de SNL que supo componer un personaje nuevo, fresco y divertido. Tal vez uno de los pocos aciertos de esta propuesta, que se apoya fundamentalmente en el trabajo actoral. La otra sorpresa la brinda Kevin, el tonto secretario interpretado por Chris Hemsworth, que demuestra su versatilidad para hacer drama, acción y ahora también comedia. 

No mucho más para decir de esta obra que, aunque divierte, no aporta nada nuevo, una comedia pasatista más. El guión está lleno de huecos y repite impunemente elementos, chistes y situacioes de la Ghstbusters original. Esto demuestra como Hollywood usufructúa una marca reconocida para asegurarse la taquilla, aunque el producto final nada tenga que ver. Algunas participaciones especiales, como la de Ozzy Osbourne, me recordaron el humor berreta de producciones locales (como la franquicia de Bañeros). Y los forzados cameos de los cazafantasmas originales terminan por entristecer una película fallida, que ni siquiera cumple con un homenaje digno. 
En Jurassic World, el Indominus rex (lo nuevo) cae en la batalla frente al Tyrannosaurus rex (lo viejo), quien queda en dominio de la isla. Este tipo de guiños se repite en la gran mayoría de los remakes, pues los realizadores de hoy respetan y admiran los clásicos, crecieron con ellos y saben que el lugar en la historia lo ocuparan las obras originales. Así, la escena donde Melissa McCarthy es aplastada de lleno por el hombre malvavisco, toma una significado bastante concreto.
Esta vez el nombre de "Ghostbusters" les ha quedado demasiado grande. 

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