9 ago 2008

Hancock (2008)


Es al menos curioso el fenómeno de las películas de superheroes, tan explotadas en estos años. Para empezar, es una producto exclusivamente estadounidense. Plagado de elementos típicos del género como los superpoderes, los trajes y máscaras, las dobles identidades, los archienemigos, etc. Hancock viene a formar parte de un extraño subgénero donde se fusionan los superheoroes con el humor, aunque en este caso la fusión de géneros no de los mejores resultados. Tenemos antecedentes interesantes como Mystery Men (1999) con Ben Stiller o My super ex-girlfriend (2006), una comedia bien resuelta con Uma Thurman como la neurótica superheroína "G-girl".

El personaje de Hancock (Will Smith) es raro, inusual. Es un vago insoportable, alcohólico y con superpoderes. Pero no es un superheroe, la gente lo odia. Un ejecutivo de relaciones públicas lo ayudará a cambiar su imagen. Esta primera parte no está mal pero sobre el final el film pierde el rumbo. Porque Hancock es una pelicula de acción, con intentos de comedia y por momentos pierde identidad al no terminar de definir su estilo. Toma, como es evidente, muchos elementos de la mitología superheroica pero sin plantarse definitivamente en la parodia.
El guión tiene sus aciertos pero también muchos baches. La explicación para los poderes de Hancock simplemente no cierra, muy rebuscada. Y los villanos del film son paupérrimos, entre otros detalles.
El director Peter Berg (Smokin Aces, The Kingdom) no podemos decir que sea muy regular en sus trabajos, está haciendo un gran esfuerzo por hacerse notar, parece. Las escenas de acción son su fuerte porque están excelentes. Técnicamente es impecable y se nota que está mejorando, pero en esta ocasión no supo cerrar la película como merecía.
Así que el film se disfruta, entretiene en gran medida pero deja la impresión de haberse quedado a mitad de camino. Una idea original pero mal resuelta. Incluso el desenlace deja abierta la puerta para una secuela que, seguramente, nunca llegará.

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