Drama descarnado sobre la vida de un luchador profesional en decadencia, con una gran interpretación de Mickey Rourke y el personal estilo del director Darren Aronofsky.
Disfrazada con cierta estética de documental, con una cámara en movimiento que sigue a Randy a todos lados, The Wrestler presenta una fuerte estructura narrativa de fondo. Entre la rutina diaria (incluído los tiempos muertos) que nos muestra Aronofsky de este luchador, vamos entreviendo una historia con un claro desarrollo que nos irá llevando -imperceptiblemente- hacia un inequívoco final.
Quienes conozcan la filmografía de este talentoso director, notaran ese estilo particular y tan personal. El film presenta ciertos elementos vistos en Requiem for a dream. Sin embargo, The Wrestler se aleja de cualquier efectismo, y la presencia de "alguien" detrás de la cámara se disimula muy bien al público. Aronofsky muestra con gran realismo ese mundo del Catch americano "clase B".
Excelente trabajo en los roles protagónicos de Mickey Rourke, como el desgastado luchador, y Marisa Tomei como la humanizada stripper. Ambos fueron justamente nominados al oscar por sus interpretaciones. La historia de alguna manera podría tomarse como una metáfora de la carrera de Rourke, que en los 90 entró en decadencia. Su verdadero regreso, considero que fue en el 2005 con esa impecable realización que fue Sin City.
En conclusión, El luchador es una historia clásica de la figura que vivió épocas de gloria y se encuentra en la recta final del camino. Un drama honesto, sin golpes bajos, que vale la pena conocer.
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