Ya desde el trailer podemos apreciar todo lo que tiene para ofrecernos Taken (título original). Recuerda a viejos films de Charles Bronson, donde las peores circunstancias hacen surgir a nuestro héroe, un duro implacable que hará pagar a todos los que se crucen en su camino.
En este caso, la historia cuenta de un espía retirado que escucha por teléfono como raptan a su hija, que está de vacaciones en París. Solo tiene unas horas para viajar hasta allí y poder rescatarla. El film es muy violento y nos muestra el lado más oscuro de París, donde se desarrolla un tema muy de moda como es el mercado de la esclavitud y la trata ilegal de personas.
Desde Francia y evidentemente apuntado al público global, Taken está dirigida por un maestro del género, Pierre Morel (The transporter, Danny the dog) que hace escuela de cómo debe ser una buena película de suspenso y pura acción. Y en el guión figura otro maestro: Luc Besson.
Protagoniza el siempre versátil Liam Nesson: fue judío alemán, caballero jedi, villano de Batman, y ahora un ex-espía que cruzará todos los límites políticos y morales para recuperar a su hija (no conté la cantidad de gente que mata en el film, pero es mucha!). La chica en cuestión es Maggie Grace (Shannon, de Lost), y la preocupada madre es Famke Janssen (Jean Grey en X-men).
Un excelente equipo y una producción impecable: el resultado es uno de los mejores films de acción del 2008. La ridícula calificación de Clarin es "Regular", mientras que en IMDB los usuarios la califican con un 7.8. Dista mucho de ser una obra de arte, pero ¿acaso hace falta? Por supuesto que no. Violenta, dura, poco verosímil pero sumamente entretenida. Muy recomendable.
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