21 sept 2008

Petróleo Sangriento (2007)


Las peliculas nominadas al oscar siguen siendo para el público una referencia. Y Petróleo sangriento tuvo nada más y nada menos que ocho nominaciones (Mejor Pelicula, Mejor Actor Protagónico, Mejor Director, Guión Adaptado, Edición, Dirección Artística, Mejor Edición de Sonido, Dirección de Fotografía) de las cuales terminó llevándose solo dos. 
El film nos sitúa en California a principios del siglo pasado y narra la historia de Daniel Plainview, un productor petrolero independiente que busca crecer en el negocio y en su ambición desmedida terminará distanciándose de su propio hijo.  
Paul Anderson Thomas es uno de los directores más originales y prolíficos que podemos encontrar hoy en el cine americano, con películas como Boogie Nights o Magnolia (sin dudas, su obra maestra) ha demostrado su gran talento como realizador. Sin embargo, su nuevo film está sobrevalorado en gran medida. Sus 158 minutos de duración son completamente innecesarios, la verdad que se podría haber acortado considerablemente el metraje. Aunque no termine nunca por aburrir -hay escenas memorables, que te despiertan, donde se lucen los actores principales-, sobre el final Petróleo sangriento se vuelve algo larga y tediosa, en gran parte porque la "historia" nunca termina de enganchar.
Protagoniza Daniel Day Lewis, quien se lleva todos los laureles con su personaje del codicioso Plainview y que le mereció un oscar de la academia.  Una sorpresa resultó ser su antagonista: el joven Paul Duno (Pequeña Miss Sunshine, Fast Food Nation) que interpreta al megalómano párroco Eli Sunday. Juntos tienen escenas de antología y solo por ellos dos merece ser visto el film.
La banda sonora merece comentario aparte: es deliberadamente molesta. Aún cuando las imágenes muestren otra cosa, la música no acompaña sino que busca intencionalmente incomodar, como si quisiera recordar en todo momento "miren que esto va termina mal".
Incluso en su título original There will be blood (Habrá sangre) hay un indicio de la verdadera intención del director con este film; el mensaje final de Anderson tal vez sea "Lo que mal empieza, mal termina". Pero en su ambición de transmitir un mensaje sobre la condición humana, la ética, la codicia y la familia se olvidó de contar una historia atractiva.

En resumen, una película muy interesante, con una excelente fotografía y producción (una reconstrucción de la época impecable) y magníficas interpretaciones, pero que se queda a mitad de camino. Basada en la novela Oil! de Upton Sinclair, la película parece más una Biopic del ficticio Plainview que un retrato del negocio petrolero de los años ´20. Porque la película es enteramente el personaje de Lewis y sus traumas, sus ambiciones y su soledad. 
 

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