Empecemos por definir el género de esta película: comedia dramática. Acá ya nos encontramos en una zona de riesgo porque no siempre se logran buenos resultados con esta conjunción de drama y comedia; y en Chaos Theory esa dificultad queda en evidencia. La historia es simple y parte de una estructura que debería funcionar: un hombre ordenado en exceso, que se maneja con listas y tarjetas para no perder control del más mínimo detalle, se enfrenta a una serie de eventos fortuitos que desencadenan la más profunda crisis de su vida.
La primer mitad del film funciona como un reloj y me sacó alguna sonrisa. El humor no está dado por el chiste fácil sino por las sutilezas de los dialogos y las situaciones y esto es para destacar. Y en esto tiene mucho que ver también su protragonista, Ryan Reynolds. Este actor canadiense salva gran parte del película, su potencial es innegable. En su prolífica carrera ha pasado por diversas comedias de cine y televisón, en dramas y hasta en films de terror y acción. Y ahora vuelve a demostrar que puede hacer reír y llorar al mismo tiempo!
La verdad es que tiene sus momentos, agradables y divertidos. Pero sobre el final, el film se estanca y se agotan las pequeñas sorpresas que ofrecía esta historia, que prometía más. Los elementos dramáticos toman tal peso que terminan ahogando a la comedia. Saludablemente, la pelicula no llega a los 90 min y el talento de Reynolds para desenvolverse en esa ambibalencia del absurdo y la tragedia ayuda mucho al resultado final.
Para ver en casa un domingo a la tarde, tomando chocolate caliente.
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